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lunes, 22 de junio de 2009

Gaston Joseph Engin, militante del conocimiento

Séneca dijo, alguna vez, que “Quien muere y es olvidado, dos veces muere.”. Es por esto que resulta importante y provechoso traer a la memoria los nombres de eximios personajes de la historia injustamente desvalorizados. Ya hemos mencionado a hombres como Thomas Seisyllwg, Kyle Capsize y Gabriel Bocángel. Es ahora el turno de explorar la vida y obra de Gaston Joseph Engin.
Engin nació en 1899 en el seno de una familia burguesa parisina. Tuvo una infancia desdichadamente nefanda; presenció el fusilamiento de su padre como resultado de un negocio turbio, a la edad de 6 años. Su adolescencia fue terriblemente funesta dado que su madre decidió suicidarse frente a sus ojos, ingiriendo dosis elevadísimas de pentazemina y benzodiasepina. Pasó entonces al cuidado de su abuela, una mujer desagradable de valores puritanos estrictos. Su primera y escuetísima relación amorosa la tuvo con la más joven de las criadas de la familia, la tentadora Christine Surmamelon, dos años mayor que él. Con ella tuvo una hija a quien abandonó en las escalinatas del Hospice de la Sainte Charité, para nunca volver a verla.
El joven fue un estudiante destacado y brillante. Acaso por esto, fue aislado por sus pares. Su única compañía por entonces fueron los libros heredados de su abuelo. En un primer estadio, se halló fuertemente influenciado por las ideas de colosales sofistas griegos como Carnéades, Filóstrato el Viejo, y, sobre todo, Apules de Argira (a quien se atribuye la inspiradora sentencia “Σκέψης είναι λόγος φύλο μπάλες λουλούδι φυλακή. Σώμα άλογο σκύλος γάτα το ποντίκι.”), todas leídas en una popular colección de la época “Philosophie pour Naissants”. En una segunda etapa, se adivinan fervorosas lecturas de Kant, Kierkegaard, Husserl, Jansson, Heidegger, Sade, Moumin, Nietzche, Proudhome, Marx y especialmente de Frederick Schelgenberg, cuya concepción materialista de la historia lo entusiasmaría mucho, llevándolo a afiliarse al Parti Communiste francés (al que, luego de una relectura más atenta de Schelgenberg, abandonaría por diferencias ideológicas). Entre sus primeras obras se encuentran: “Critique de la Psychanalyse dans une Perspective Materialiste”, “Critique du Materialisme dans une Perspective Psychanalyste” y “Critique de la Critique dans une Perspective Critique”. Todas las mencionadas, se presentaron en una única edición de 1924 denominada “Critique”, de 635000 páginas, sin contar el voluminoso prólogo.
Participó en el vigésimo cuarto Congrès Parisien de Philosophie, y tuvo la oportunidad de asistir a la famosa conferencia dictada en La Sorbonne por el maestro Johann Von Tür, que congregó a las principales figuras del pensamiento europeo de la época, excepto Lacan.
En 1938 conoció a Simone de Beauvoir, con quien tuvo amoríos fugaces para enfurecer a Jean-Paul Sartre, a quien había conocido en su época de estudiante. En palabras de Lacan, la relación entre Sartre y Engin fue siempre “como el segmento de la recta secante que une dos puntos pertenecientes a una misma curva con concavidad definida”. Pese a la gran amistad que los unió en su juventud, la obra “Sur le Mauvaise Compréhension de la Catégorie du Temps dans L’Être et le Néant” de Engin, publicada bajo el seudónimo de Jean-Paul Satyre, dio lugar a una amarga rivalidad malsana. En ella, Engin realiza una ácida burla de los principales postulados cardinales de la filosofìa sartreana, particularmente de “Manger est appropier par la destruction.”. La enemistad recrudeció cuando Engin se negó a firmar el Petitorio de Intelectuales Autoproclamados dirigido a De Gaulle, velando por la independencia de Argelia. La minimización de la violencia ejercida y la maximización de los derechos de integridad física de los argelinos fueron su justificación. Sartre calificó estos dichos de “petit bourgeois”, a su vez, Engin lo tildó de “gaucherét”. Sin embargo, consta que existió una gran admiración mutua; así por ejemplo se cuenta que con la aparición de la obra más importante de Engin, “Un Morceau de Fromage”, Sartre afirmó su sana envidia con estas palabras: “Lo daría todo por haber sido capaz de escribir algo tan grande como eso del queso.”.
Sus mejores amigos fueron el doctor Jacques Lacan, Theodore Adorno y los pintores Maximilien Hippolyte Croûte y Haanssens van Hoogsenbeeck. Son incontables las referencias al opus artis de estos últimos a lo largo de los ensayos de Engin, proveyendo numerosas exégesis de muchos de los cuadros. Particularmente la obra “Discussions sur l'Art” fue famosa por ser una de las primeras en llamar la atención sobre la obra del pintor holandés, a raíz del cual sentenció que “el arte jamás ha de intentar ser popular. Es el vulgo el que ha de intentar ser artista.”. También fue uno de los primeros en caratular sus obras de “conmovedoramente rompedoras”. Amigo también de Picasso, Albert Camus, Maurice Merleau-Ponty y Valentine Marie Augustine Gross, mejor conocida como Valentine Hugo, con quién también tuvo un exiguo devaneo.
En 1944, asistió a la lectura entre amigos de “Le Désir Attrapé par la Queue”, inmortalizada en aquella fotografía que ha recorrido el mundo, y que se reproduce en este artículo. Luego de poco más de una década de incesantes batallas contra la hemoglofagia HGV-N1, falleció en el Hôpital Saint-Louis, a los 83 años de edad. Se dice que sus últimas palabras fueron: “Metáfora de las metáforas: He vivido toda mi vida sólo para este moment…”

Entre sus muchas obras, destacan:
“Conférences sur le Materialisme Dialectique” (serie de conferencias dictadas entre 1949 y 1952).
“L'Essor des Nationalismes en Europe”
“La Généalogie de l'Histoire et l'Histoire de la Généalogie”
“Les Salons Parisiens” (compilación de ensayos de crítica artística de la juventud, al estilo de Saint-Beauve)
“Le Thérapeute” (conversaciones con el doctor Lacan)
“Les Belles Réalités”
“Les Affinités Électives” (Obra buffa)
“La Légende Des Siècles” (Análisis y crítica del retro-revisionismo histórico)
“Les Hereux Présages” (Novela)
“Les Puits de Vérité”(Ensayo)
“Le Bouchon d’Epouvante” (Obra teatral)
“La Clef des Rêves” (Ensayos sobre un nuevo modelo psicoanalítico)
“Le Modèle Rouge” (Ensayos sobre China)
“L'influence de la Pensée de Saint Simon dans l'Anarchisme Moderne”.
“Les Vacacances de Hegel” (Novela epistemológica)
“Histoire de la Philosophie: De Mégananolés à Sartre” (donde revela su gran erudición).
“Commentaires sur l'Oeuvre de Madame De Beauvoir, Le Deuxième Sexe”
“L'homme Cassé” (Novela)
“Grammaire Mise à Jour de l'Espéranto”

Imágenes:
Retrato de Gaston Joseph Engin a los 43 años. Fotografía. 1944.
Lectura de “Le Désir Attrapé par la Queue”. De pie, de izquierda a derecha: El doctor Jacques Lacan, Cécile Eluard, Pierre Reverdy, Louise Leiris, Pablo Picasso, Zanie de Campan, Valentine Hugo, Simone de Beauvoir, Gaston Joseph Engin, Brassaï. Sentados: Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Michel Leiris, Jean Aubier.

viernes, 24 de abril de 2009

Frederick Schelgenberg, vanguardimetafísico crítico

En opinión de Christian Ferdinand Christian: “Sólo un impío, un arrogante pusilánime y decadente, un miserable engendro envidioso, sólo un hombre con esas características podría descreer de la grandeza del alma de William Anarawd Cadell.”
Sin embargo, tal impío ha existido. Su nombre fue Frederick Schelgenberg, primer representante de la corriente llamada del “Vanguardimetafisismo Crítico”. Nacido en Stechendefleish, en Prusia Oriental, en el año 1832, Schelgenberg fue desde sus comienzos un polemizador agudo y controvertido, sólo igualado, tal vez, por el propio Anarawd Cadell. Hijo (si hemos de creer a su madre) de un pastor calvinista, se sabe que en un primer momento, el gran filósofo pensó en seguir los pasos de su padre, de su abuelo, y del padre de éste (que no debe ser confundido con el primer padre, es decir, el suyo), dedicándose a la teología, aunque rápidamente abandonó dicho estudio por el de la filosofía, siendo grandemente influenciado por Hegel, en cuya concepción dialéctica de la historia creyó hallar un modelo aplicable al desarrollo de toda la humanidad. Cursó sus estudios en las universidades de Liepzieg, Bonn y Weimar. En 1857, con el apoyo del Ministerio de Asuntos Ocultistas, con sede en Munich, publicó su primer libro: “Der Ursprung der Metaphysik Vorhut”, obra en que realizó un análisis fuertemente crítico de los comienzos de dicho sistema doctrinario, acusando a Anarawd Cadell de ser un ejemplo de la decadencia en el pensamiento medieval, en tanto que resaltaba la importancia de figuras como las de Luigi Mangiaterra, Jack Robins y los miembros de la escuela de Chelmsford (exceptuando a Rapp Scalion, por quien nunca sintió aprecio). Su obra fue mal recibida en los círculos sapientes, pese a ser defendida por algunos eruditos entendidos en la materia. Sin embargo con el tiempo logró ser revalorizada y hoy en día se la considera un clásico de la literatura ocultista, junto a “L’Avant-Garde Métapysique”, “Geschichte die Metaphysik Vorhut” y “Moby Dick”.
Luego de unos años como docente de Filosofía ocultista en la Universidad de Weimar, Schelgenberg abandonó su puesto para dedicarse al vagabundaje, recorriendo y siendo corrido de las principales ciudades de Europa, entre ellas París, Marsella, Roma, Turín, Palermo, Ámsterdam y Moscú, radicándose finalmente en Ginebra, Suiza, ciudad que eligió a causa de su benigno clima, agradable gente y excelente calidad de confituras. Allí escribió y publicó el resto de sus obras: “Die Geschichtegrafik der Ethik”, “Auf der Schneide in einem Metaphysik Vorhut Sinne extra-Welt”, y su obra más conocida: “So ging Konfuzius”. En 1876 sufrió un fuerte golpe en tanto se bañaba, a raíz del cual perdió progresivamente la cordura, llevándolo a finalizar su vida en un asilo para dementes en Frankfurt. Murió en 1879, a la edad de 47 años. Fue enterrado en la ciudad de Berlín, donde años después, en 1938, fue levantado un monumento en su honor, bajo la supervisión de altos jerarcas del Tercer Reich. Se sabe que Hitler fue, entre otras muchas cosas, un atento lector de su obra, de la cual extrajo muchas ideas que le servirían para dar forma a la ideología nazi.
Schelgenberg es recordado, tal vez, como aquel que se planteó antes que nadie la posibilidad de imaginar una Vanguardia Metafísica alejada de la doctrina de Anarawd Cadell y de Thomas Seisyllwg, inspirando los esfuerzos de pensadores futuros como Émile De La Chatouiller. Fue asimismo un poeta bastante competente, a quien debemos las primeras traducciones decentes en alemán de la obra del poeta esotérico español Joaquín Esteban de la Fuente. Un hecho poco sabido es que Schelgenberg fue amigo cercano de la familia Von Tür, a tal punto de figurar en las actas de la capilla de Umpferstedt como padrino de bautismo del futuro historiador Johan Von Tür. El propio Von Tür resalta este hecho con orgullo en sus “Memoiren”, donde se toma la molestia de insinuar que su propia madre pudo haber mantenido alguna clase de relación íntima con el gran filósofo, gozándose en la posibilidad de ser acaso su hijo ilegítimo.

Imagen: Retrato de Frederick Schelgenberg a los 46 años. Fotografía de Jan Ulrich Beere. 1878.

miércoles, 25 de marzo de 2009

SILENCIO Y CENSURA

Este blog está de luto. Hemos sido víctima de la censura. Los intereses de ciertos sectores poderosos de la aldea global peligran ante la difusión de información histórica crucial que ha sido mantenida en secreto por siglos.
Desde el momento en que emprendí la descomunal tarea de difundir este género de conocimiento en la web, temí que esto pudiera suceder, y sólo el incondicional apoyo de mi joven y esbelta esposa me dio la firmeza necesaria.
Tras un largo hiatus, en el que violaron forzosamente la privacidad de mi cajeta informática, retomé el control de la misma. No obstante, es menester señalar que no es fútil indicar la excesiva utilidad de dejar clarificado lo conveniente de explicar lo sucedido. Tal violación no fue un hecho fortuito, sino un ataque directo a mi persona y a mi misión, llevado a cabo por Loro (Ellos, en italiano).
Loro es un grupo secreto que tiene por misión erradicar todo vestigio de la vanguardia metafísico. Para llevar a cabo tan mefistofélico propósito, se han valido de todos los medios imaginables, desde la intimidación hasta el asesinato y la falsificaron histórica.
Tras la excomulgación de Anarawd Cadell, en el año 1260, la vanguardia metafísica comenzó a ser considerada una doctrina herética. Santo Tomás de Aquino, miembro fundador de Loro, fue una de las personalidades más influyentes dentro de la iglesia católica de ese contexto. En su “Summa Theologica”(pág. 3141) elevó una demoledora crítica al pensamiento cadéllico, al que calificó de hereje, impío, insensato y maltrecho. A partir de ese momento, se creó una cofradía inquisidora con el fin de perseguir a los herejes cadellianos. Se dice que fue tan temida en Italia, que el pueblo jamás osó llamarla por su nombre, prefiriendo el pronombre de la tercera persona plural.
El intento de sabotear este blog es una minisculésima parte del plan global para silenciar a la vanguardia metafísica, con fines malévolos.
Grandes personalidades de la historia se cuentan entre las filas de Loro. Entre ellos cabe citar a Sir Isaac Newton, su rival Robert Hooke, Robert Boyle, Wilhelm Schuller, Gottfried Leibniz y Goethe. Además de censurar a todas las obras de las personalidades vanguardimetafísicas, que este blog pretende reivindicar, los miembros de Loro han plagiado conceptos y robado crédito a lo largo de la historia. Un buen ejemplo de esto es el caso Rudolf Steiner, quien, traicionando la confianza de su fiel aunque seductor amigo Johann Von Tür, robó sus manuscritos, los cuales usó para componer su magnum opus, “Geheimwissenschaft im Umriss”, de fuerte contenido lorista. Además, dedicó todos sus esfuerzos para aislar a su rival de la comunidad filosófica europea. Miembros de la Escuela de Chelmsford han sido severamente mansillados, como es el caso de Mozart, quién se cree que fue envenenado por su némesis Antonio Salieri por mandato de Loro.
A partir del siglo XIX, momento en que la religión perdió poder en el mundo occidental, los partidarios del liberalismo económico heredaron la hostilidad hacia la vanguardia metafísica, la cual resultaba contraria a los principios expuestos por Adam Smith. Fue así como la versión de la historia de Loro logró mantenerse vigente en la modernidad.
Hoy en día, Loro cuenta entre sus miembros con políticos influyentes, grandes empresarios, escritores rimbombantes, banqueros sionistas y un ingeniero civil. Su fin último, aunque desconocido, se cree que incluye la dominación mundial por medio de estratagemas económicas.

domingo, 4 de enero de 2009

Meganánoles de Elea

Un error harto común entre la intelectualidad moderna consiste en creer que la Vanguardia Metafísica no posee una historia previa a los trabajos de Cadell, que es el producto de la mente de un solo hombre, así como el Marxismo lo es de Marx, o el Liberalismo de Arce Líber. Si bies es cierto que William Anarawd Cadell, fue uno de los primeros en ordenar los puntos principales de tal pensamiento en un cuerpo sistemático coherente, es también cierto que muchos pensadores antes que él (en particular Manothon en Egipto y Vico en Roma) siguieron líneas de reflexión similares, que en muchos casos los llevaron a conclusiones prácticamente idénticas a las del gran maestro ítalo-inglés. Uno de estos fue el filósofo eleata Meganánoles de Elea.
Lo que sabemos de Meganánoles de Elea es en verdad muy poco; sólo conservamos de él escasísimos fragmentos, y algunas referencias a dicho filósofo hechas por Aristóteles en sus obras “De Coelo” y “De Scientia”, así como un manuscrito biográfico atribuido a Diógenes Laercio, que los filólogos modernos consideran espurio. Se cree que fue discípulo de Sultano de Halicarnaso, Alpédocles de Rodas, y tal vez de la filósofiza Hidromuria de Lesbos. Tal vez el mejor medio de acercarse a la filosofía de Meganánoles sea a través de la obra de Al-Hacrán, historiador persa, nacido Abū Alī al-Hacaran ibn al-Hasin ibn al-Haytham, del siglo VIII d.c., quien en su “Qawl fi al-Makan”, hace amplias referencias a Meganánoles, a quien considera el más cercano entre los filósofos paganos a la doctrina del Corán.
Al igual que los Mayas, Meganánoles sostenía que el elemento primordial del universo era el lodo, de cuyas fluctuaciones calóricas se derivarían todos los otros elementos. Es este uno de los principales argumentos que permiten suponer que las civilizaciones precolombinas mantuvieron algún tipo de contacto con la cultura helénica.
Opinaba asimismo que el alma era inmortal, indivisible e ignífuga, y que luego de la muerte se separaba del cuerpo, tomando la forma de luciérnaga, para luego ir a sumergirse al lodo, por medio del cual se reincorporaba al ciclo vital. Era un apasionado defensor de la teoría de la generación espontánea. Creía que si un gusano penetraba en el ano de un hámster, se creaba un ratón.
Meganánoles fue también un respetado astrónomo, el primero en teorizar acerca del lado oscuro de la Luna. Según sus estudios, afirmaba que el astro estaba compuesto de 20 variedades distintas de queso. Sobre su superficie habitaba una población de ratones que devoraban todo el queso en 14 días, dejando en descubierto el núcleo lunar donde habitaban hámsters y gusanos. Al cabo de 14 días, el queso se regeneraría naturalmente y ya se habría creado una nueva población de ratones que daría comienzo al ciclo nuevamente. También se le atribuye un teorema epónimo, que en realidad es un caso particular del Teorema de Tales.
De la Biblioteca de Alejandría sobrevivió un índice de las obras de Meganánoles confeccionado por Aristarco de Samotracia en el que figuran 2543 títulos, como “Sobre la Generación de la Vida”, “Sobre el Sentido del Universo” y “Sobre las virtudes y los vicios de las féminas”.
Según Diógenes Laercio habríamos perdido 8 libros sobre la Naturaleza, 3 sobre retórica, 9 sobre gramática, 7 sobre el Ser, 5 sobre los animales marinos, 4 sobre los animales terrestres y 9 sobre poética.
Lamentablemente, sólo nos han llegado unos veinte fragmentos inconexos de su Política, un trozo altamente incompleto de su Sobre los Animales Lunares y la pieza citada a continuación de su “Sobre el Ser”: “...la realidad […] puede ser […] y [abordada] desde perspectivas disímiles de acuerdo con […] y […], la variación de los [estados] anímicos…”. Este pensamiento influenciaría luego a Anarawd Cadell a crear un sistema filosófico centrado en una postura típicamente metafísica, para intentar lograr una síntesis de la realidad en términos cuantitativos. Por tanto, es justo pensar que Meganánoles fue, en cierto sentido, el “abuelo” de la Vanguardia metafísica Sobre Meganánoles escribió Anarawd Cadell en su obra “De Prima Acies Metaphysis” que “sin su aporte, sería imposible pensar el mundo en términos ultra-físicos.” Johann Von Tür escribió de él: “Ningún filósofo antes de Platón, tuvo uno mente tan dilucidadora respecto de la realidad subyacente al cosmos y la función del Ser en el Universo.” (“Hand nehmen Sie Aristoteles”, 308).
Se cree que Meganánoles vivió entre los siglos VIII y VI a.c, que fundó una serie de colonias en Sicilia, entre ellas Meganania (actualmente Catania), y que murió en un naufragio en la costa de Messina. También se ha sospechado, debido al enorme caudal creativo atribuido a Meganánoles, que no se trata de una persona histórica si no de un conjunto de filósofos, siendo Meganánoles su pseudónimo grupal.

Imagen: “Meganánoles de Elea”. Pintura de Carlo Dolci. 1632.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Clampino, il pandemonio di Venezia

Era la tarde lluviosa de aquel 16 de junio de 1713, cuando en una humilde choza en las afueras de Florencia, nacía la partera que ayudaría a traer a este mundo, en 1745, al famoso compositor italiano Guglielmo Bacciomello, quien, junto con Bach, Beethoven y Brahms, forma parte del llamado “grupo de las cuatro B” de la música clásica. Todos ellos se caracterizaron tanto por su virtuosismo como por las innovaciones que aportaron a la disciplina musical; aunque Bacciomello, si bien poco reconocido, merece sin lugar a dudas el primer puesto.
Desde su infancia Bacciomello recibió clases de piano de Johann Christian Bach. Demostrando un gran virtuosismo, recorrió Europa, conociendo a la condesa Leonessa Posta, quien se convertiría en su mecenas. Bajo su protección, Bacciomello compuso la mayor parte de su repertorio operístico. En 1765 contrajo matrimonio con la soprano Succhia Moltopisello, con quien tuvo tres hijos, ninguno de los cuales superó la infancia. Tales pérdidas ejercieron una gran influencia en su estilo compositivo (especialmente en sus últimas obras, como “Bambino Gesú” Op.48). Sorprendido por la prodigiosidad del niño Caspar Gottfried Geräusch, Bacciomello convenció a sus padres de permitirle tomar a su cargo la formación musical del pequeño. Bacciomello falleció en 1795, en Viena, dos semanas después del estreno de su última ópera, “Ipospadia e Higromante”, tragedia épica. Su amigo y copista, Fiano Romano, se encargó de catalogar sus obras.
Es importante el impacto que éste compositor ha tenido en la historia de la música del siglo XVIII. No sólo con sus comedias ligeras, (“Le brutti gastaldi del porto non fano piú che mangiare”, “Fimosi e Parafimosi”), sino también con sus dramas históricos (“Capranico Formina”, “Tutti sanno che presto”), demostró poseer un enorme talento a nivel compositivo. Pero sólo en “Clampino, il pandemonio di Venezia” es posible apreciar el genio creativo de Bacciomello en su máxima expresión.
Es menester analizar dicha obra a fin de encontrar en ella simbología vanguardimetafísica.

A continuación se exhibe una breve sinopsis. Las arias se presentan entre paréntesis.
La obra se sitúa en el ducado de Venecia, alrededor del año 1400 d.C. El duque Bracciano busca un pretendiente digno de desposarse con su grácil hija Pomezia. Su candidato predilecto es el general del ejército veneciano, Frascatti, un hombre violento y tosco en el amor. A pesar de esto el corazón de Pomezia se halla dividido entre un noble caballero, Cerveteri, y un humilde mozo de cuadra, Clampino. En tanto que el primero le ha ofrecido una vida de aventuras y romance, Clampino no tiene para ofrecerle más que su humilde amor (“Io sono il mozzo della quadra”).
Durante una fiesta en el palacio del duque, Pomezia es introducida en el salón como una joven tierna e indecisa. Al verla, Frascatti insiste en que la boda se realice lo antes posible (“Mi piacerebbe sposare Pomezia, possibilmente nel mese di settembre”). Todos, excepto Clampino, ignoran que Pomezia ha huido con Cerveteri (“Sotto le stelle”). Clampino, siguiendo sus impulsos, decide seguirlos.
Al mismo tiempo, son cometidos dos adulterios simultáneos por la pareja ducal: en tanto que Braccianno abandona los brazos de su esposa, cediendo al desenfreno erótico de Aprilia, doncella de su hija (“Andiamo nel giardino e ti mangio la verme”), Manziana, la duquesa, arde en deseo (“Voglio che mi tocchi”), y acaba deshaciéndose en los brazos fornidos de Ceprano, mozo de cuadra y compañero de Clampino. Ceprano reconoce la frescura de la duquesa, y jura amor eterno sin importar lo que diga el duque. En tanto se aleja del palacio, rememora satisfecho los momentos que acaba de pasar en compañía de la duquesa (“Vulva di succhiare le dita”).
Clampino halla a la joven pareja en una gruta cercana. Aunque enfurecido, se rehúsa a batirse con Cerveteri, y declara a Pomezia su amor incondicional (“Se fossi in te, mi renderei conto che io ti amo più di ogni altro tipo”). Antes de que Pomezia tome una decisión, entra en escena Frascatti. Iracundo, desenvaina su espada y combate con Cerveteri. Éste último logra vencerlo sin dificultad. Sin embargo, en tanto se jacta de su victoria, se percata horrorizado de que tiene una profunda herida en el abdomen (“Beh, sono stato pugnalato nel fegato”). Al finalizar el aria, Cerveteri muere desangrado. Mientras Pomezia llora a su amado perdido, Clampino le demuestra lo inútil de preocuparse por aquello que es imposible modificar. La joven enjuga sus lágrimas y acepta una nueva vida con Clampino a su lado (“Vedremo l’alba dopo il buio”). Deciden escapar juntos de Venecia, esa misma noche para ya no volver. Antes de marcharse, se juran amor eterno bajo la luz de la Luna (“Vorrei restare insieme a te”).

Han pasado ya más de dos siglos desde que la obra fue estrenada, en 1791, ante un auditorio rebosante de personalidades de la nobleza y el teatro (entre ellos el Emperador Leopoldo II, del Sacro Imperio). Aún hoy, los críticos no han agotado todas sus posibilidades interpretativas. Hay quienes han querido ver en “Clampino, il pandemonio di Venezia” una alegoría a la sociedad europea de la época, mientras que otros distinguen el carácter cosmopolita de la obra.
El lego, Johann Von Tür, quien dedicó un capítulo de su libro “Große Werke der Theater-Universal” al análisis exhaustivo de esta ópera, opinó que: “…tanto por su contenido fuertemente fustigador, en que el autor traslada su denuncia a cada sector social de la época, como por la inclusión de personajes marginales y simbología nunca antes vistos, se puede decir que estamos ante la presencia, sin duda, de una obra crítica.”

Imagen: “Duelo entre Frascatti y Cerveteri”. Pintura de Giovanni Conigliano. 1798.

sábado, 13 de septiembre de 2008

La escuela de Chelmsford

Hoy en día apenas podemos pensar en filosofía occidental sin mencionar al filósofo inglés William Anarawd Cadell. En efecto, expresiones tales como “igualdad de contrasentidos”, “figurativismo ilógico” y “racionalismo sintético”, frecuentes en todo tratado filosófico serio, provienen de sus obras. Y sin embargo, el pensamiento de este notable hombre de letras tal vez no habría llegado hasta nuestros días, de no haber sido por el esfuerzo de un grupo de intelectuales, generalmente conocido como la “escuela de Chelmsford”. Esta logia vanguardimetafísica, formada en la ciudad inglesa del mismo nombre, alrededor del siglo XIV, se encargó de sintetizar los postulados metafísicos de la obra de Anarawd Cadell, “De Prima Acies Metaphysis”, logrando así una suerte de amalgama entre el pensamiento vanguardimetafísico del maestro inglés y la tradicional filosofía escolástica, representada en las figuras de Santo Tomás de Aquino, y de San Ignacio de Loyola.
No debemos dejar de señalar que, si bien esta escuela estuvo conformada, en un primer momento, por notables intelectuales provenientes de la escolástica misma, buscó no obstante amalgamar distintas corrientes filosóficas, hasta entonces consideradas contrapuestas, en un cuerpo ideológico trascendental, o como lo planteó Thomas Seisyllwg, en su obra “Refutatio omnium haeresium” :“hallar en todas las manifestaciones del espíritu humano la clave de una esencia subyacente que aúne cada dimensión de lo ontológico en una realidad sincrética”
En palabras del notable historiador alemán Johann Von Tür, el auténtico propósito de la escuela de Chelmsford no fue sino “crear un puente entre la comprensión vanguardimetafísica del mundo y la comprensión onto-teológica, típica del pensamiento cristiano medieval. Siendo que la cosmología inaugurada por Anarawd Cadell y perfeccionada por Seisyllwg, arrebataba toda posibilidad de existencia a un Dios de características personales, los intelectuales de Chelmsford pensaron un mundo cuyas categorías estéticas permitieran concebir una entidad superlativa, capaz de abarcar el conjunto de la realidad como si se tratara de un proyecto teleológicamente definido” (“Die Chelmsfordschule”).
La escuela de Chelmsford, aunque constituida por notables integrantes, pertenecientes a todas las ramas del saber, entre quienes se destacan el filósofo crítico Ron Rogers, el teólogo Herman Marley, el alquimista Rapp Scallion, y el médico Kyle Capsize , es tal vez más recordada por los excesos a que sus miembros supieron entregarse. Disipación, abuso de alcohol, interminables orgías en no se hacía discriminación de edad, sexo o condición civil, eran sólo algunos de los vicios que alternaban a sus largas discusiones filosóficas. En el libro “An Evening at Chelmsford ”, el autor inglés Jules Grogham, basándose en documentación de la época, reconstruye hábilmente uno de aquellos encuentros: “llegamos al gran salón donde se desarrolla el simposio. Nada tiene de raro ver a Rapp Scallion, corriendo borracho y sin pantalones de un lado al otro, gritando obscenidades y burlándose del Papa. Kyle Capsize, dormido, con un lápiz en la mano, y a su lado Herman Marley, tocando el violin, con la remera sucia por un vómito espeso que atestigua su largas noches de pecado y lujuria”.
El francés Émile De La Chatouiller, en su libro “Les vices des Antiques” dice: “es sabido que las reuniones de la escuela de Chelmsford solían transcurrir entre los vicios más descarados que un hombre pueda imaginar…se sabe asimismo que los integrantes de dicha logia tenían por costumbre discutir sus asuntos sentados en una mesa circular, dando a entender que ninguno de ellos tenía preeminencia sobre los demás. De aquí viene, si hemos de creer a nuestros filólogos modernos, la expresión “círculo vicioso”, muy usada en la actualidad.
Se sospecha que la "Escuela" continuó existiendo a lo largo de los siglos, como secta filosófica. Entre sus miembros más famosos, han sido sugeridos los nombres de Émile De La Chatouiller, Nicol Édouard Formier, Pierre Lépuc y Mozart.

Imagen: “Escuela de Chelmsford”. Pintura de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez. (De Izquierda a Derecha) Ron Rogers, Herman Marley, Rapp Scallion, Kyle Capsize. 1628-1629.

domingo, 24 de agosto de 2008

Segunda y última etapa de la agitada vida de Johann Von Tür

Hemos hablado con fruición de lo que usualmente se conoce como la primera etapa en la vida del teórico vanguardimetafísico alemán Johann Von Tür; de sus trabajos, de sus pasiones y de las adversidades que moldearon un carácter tan único y complejo. Ahora trataremos de la segunda etapa.
Si bien existen al respecto discrepancias, actualmente la mayoría de los estudiosos contemporáneos coinciden en situar el inicio de la segunda etapa en 1918, cuando finaliza la primera etapa y, en vano, intentó contactar el espíritu de su admirado De La Chatouiller, en su único viaje a Islandia. Frustrado, abandonó la desértica isla, para la sorpresa de su amante, la esposa del druida que lo acompañó abnegadamente en su fallida empresa, a quien sedujo con promesas que nunca se vieron realizadas.
Buscando la paz necesaria para su creación, decidió regresar a Europa continental, y recluirse en la abadía benedictina Stift Melk. Allí, completó la mayor parte de su caudal literario, escribiendo obras tales como “Geschichte die Metaphysik Vorhut”, considerada por él como su obra más importante. Dejó asimismo cantidad de epístolas, remitidas a la mayor parte de los vanguardimetafísicos de la época (entre ellos mi padre, señor Fortún Ochoa Fortuñón), en que discute importantes temas concernientes a las esferas de ciencia, arte, música, literatura, filosofía y parapsicología. Otras obras presumiblemente atribuibles a este periodo son “Flucht aus der Antike”, “Hand nehmen Sie Aristoteles” y “Kritisiert Grund unrein”. Incontables manuscritos se perdieron para siempre durante la invasión nazi, perdiéndose con ellos uno de los tesoros más valiosos de la historia del pensamiento.
Mas en este tiempo no abandonó su obsesión por De La Chatouiller, llegando a contactar gracias a la esposa de uno de sus amigos epistolares al sobrino del gran maestro francés, Claude Luc Théodore Gérard De La Chatouiller. No conocemos como sucedió exactamente, pero lo cierto es que en menos de un mes los dos hombres se convirtieron en grandes amigos, o al decir de Von Tür, en “hermanos de causa”, llegando éste a establecerse en la mansión ubicada en Corbeil-Essonnes, a orillas del Sena, con De La Chatouiller y su esposa. Gracias a los documentos preservados por la familia del pensador francés, les fue posible a ambos hombres reconstruir muchas de sus obras. Sin embargo, se sospecha que el material fue altamente adulterado, con la finalidad de preservar la imagen casta y pura de Émile De La Chatouiller, y para disimular sus adicciones y el notable efecto que éstas tenían en su prosa.
No obstante, esta notable sociedad entre el alemán y el francés llegó a un fin poco placentero. Von Tür nos narra con lujo de detalles lo sucedido, en sus “Memoiren”:
“…Adeline (esposa de Claude De La Chatouiller) llamó mi atención desde la primera vez que nos conocimos. Con sus 17 años, era toda una mujer, que no lograba adaptarse a su papel de esposa. Su alma apasionada tenía necesidades que (Claude) De La Chatouiller no podía satisfacer. Y me lo hacía saber, constantemente, ofreciéndome café, haciéndome preguntas intrascendentes, abriendo las ventanas de la habitación en que me encontraba, en fin, intentando procurar mi comodidad, mientras su esposo se ausentaba. Mi gratitud hacia ella era gigante, y crecía más a cada hora. Decidí finalmente actuar…”
Y actuó. Johann Von Tür era un hombre de palabra, para el cual el agradecimiento era una de las virtudes principales. Lamentablemente, De La Chatouiller no lo vio de esa manera.
Von Tür pasó los últimos años de su vida recluido en una campiña cerca de Greifswald, al norte de Alemania, trabajando en la que pensó sería su obra más grande, y aquella con que se justificaría ante el mundo, sus “Memoiren”. Trabajó también en otros escritos como “Verführenrischen Frauen fremd”. Su interés por la cábala le ganó la antipatía acérrima del régimen nazi, razón por la cual sólo contamos con fragmentos de muchas de sus obras.
Murió de neuro-sífilis, a la edad de 64 años, en 1940. A su funeral asistieron las esposas de casi todos sus antiguos amigos, en señal de respeto al gran hombre y a su mastodóntico pensamiento.

Imagen: “Johann Von Tür y Claude De La Chatouiller”. Fotografía de Hans Bellmer. 1926.

domingo, 10 de agosto de 2008

Primera etapa de la agitada vida de Johann Von Tür

Sería imposible hablar de Vanguardia Metafísica y haber hablado de la vida de Émile De La Chatouiller, sin mencionar al erudito Johan Von Tür, en cuya obra “Geschichte die Metaphysik Vorhut” nos lega un acaudalado compendio del saber ocultista.
Para comprender la importancia de Von Tür como historiador del pensamiento occidental, primero debemos conocer su vida, y aquellas circunstancias que llevaron a este hijo de campesinos a convertirse en uno de los mayores exponentes en la Vanguardia Metafísica europea.
Von Tür nació en Umpferstedt, en las cercanías de Weimar, en 1876. Sus padres nunca pudieron costear un tutor, sin embargo el hermano mayor de Von Tür, Karl, tomó a su cargo la educación del pequeño. Aprendió gramática latina antes de haber dominado el alemán, lo cual le permitió ya desde los tres años empaparse en las obras de los vanguardimetafísicos clásicos, especialmente aquellos de la “escuela de Chelmsford”. Se dice que a los cinco años era capaz de recitar la Eneida de memoria. Eso lo catapultó a una fama local y en 1882 visitó por vez primera la Universidad de Weimar, como parte de un concurso de gramática latina para niños, en el que obtuvo el primer puesto, lo que le ayudó posteriormente a conseguir una beca para su doctorado en Historia del Pensamiento.
En 1894, habiendo terminado sus estudios, comenzó a ejercer como docente en la misma universidad. Pese a su masivo bagaje cultural, no logró ganarse la simpatía ni el respeto de sus alumnos, dado que su “modus docentii” se caracterizaba por su irascibilidad y su total incapacidad para transmitir interés por la materia.
Agobiado por su fracaso en la docencia, cayó en un estado de depresión, del que sólo salio cuando su único amigo, el esotericista Rudolf Steiner, le regaló una edición de la obra de Émile De La Chatouiller, “L’Avant-Garde Métapysique”. En su lectura, Von Tür halló una nueva comprensión de la realidad humana, a cuyo estudio decidió dedicar el resto de su vida. En sus propias palabras: ““L’Avant-Garde…” representó un punto de inflexión en mi vida. Supe en ese momento que el alma de De La Chatouiller entró en resonancia con mi ser, escogiéndome entre las miles de sombras que pueblan este mundo, para ser quien analizara y difundiera su mensaje cósmico.” (Memoiren)
Su obsesión por De La Chatouiller lo llevó a investigar todos los medios posibles para contactar su espíritu. En colaboración con Steiner, entrevistaron a todos los médiums, brujas y hechiceros del sur de Alemania. Si bien tal sociedad resultó provechosa para ambos, terminó subrepticiamente en la primavera de 1903, cuando fueron reveladas las frecuentes visitas de Von Tür a Anna Eunicke, la esposa de Steiner. El escándalo que esto ocasionó, agravado por el inesperado embarazo de Eunicke, obligó a Von Tür a emigrar a las Islas Marianas, entonces pertenecientes al Imperio Germánico.
“Agobiado por falsas acusaciones, y buscando descanso en una tierra nueva donde reinase la paz, la alegría y la pureza racial, decidime por las Islas Marianas.” (Op. Cit)
Mientras Von Tür se encontraba en su exilio auto-impuesto, Steiner se valió de una orden judicial para irrumpir en su despacho, apoderándose de los incontables apuntes de la última década, los cuales revisó y publicó en 1910, bajo el título de “Geheimwissenschaft im Umriss”. Von Tür jamás le perdonó esta traición.
En1911 regresó a Europa, luego de una affaire con la esposa del gobernador de las Islas, irónicamente llamada Mariana. Al estallar la Gran Guerra, Von Tür dictó una serie de seminarios, en que intentó convencer a sus compatriotas de que “El espíritu vanguardimetafísico jamás podrá alcazar su esplendor total, en tanto continúen existiendo razas corruptas e impías que lo desvaloricen.”
Perdida la guerra, Von Tür abandonó Europa continental, estableciéndose temporalmente en Islandia, donde, con ayuda de un druida, intentó contactar el espíritu de De La Chatouiller, fútilmente.
Con esto acaba lo que se conoce como la “primera etapa” en la vida del lego. En los siguientes años, recorrería el mundo, trabando relación con los grandes exponentes de la Neo-Vanguardia Metafísica, en ciencias y artes.
En un próximo post, desarrollaré el resto de la vida de este genio del pensamiento.

Imagen: “Retrato de Johann Von Tür en su despacho”. Pintura de Adolf Schreyer. 1897.

lunes, 21 de julio de 2008

Émile De La Chatouiller, pensador complejo

En vista del éxito que este blog ha tenido, y a causa de los múltiples pedidos que he recibido personalmente, tanto de colegas como de aficionados deseosos de aprender más acerca de vanguardia metafísica, he decidido dedicar este segundo post a mi segundo autor favorito después de Kant, el eminente erudito francés Émile De La Chatouiller.

Émile De La Chatouiller, nacido Jean-Paul-François Théophile De La Chatouiller (París 1854- Reykjavík 1899) se crió en el seno de una acaudalada familia de comerciantes de pieles del norte de París. Su padre, Jean-Luc De La Chatouiller le enseño a leer cuando tenía 40 años; Jean-Luc. Su madre, Cosette Vagille fomentó en el precoz niño un interés por el arte y la astrología que lo acompañó a lo largo de su vida. A los 16 años, fue aceptado en el Liceo Naval de Córcega, donde un amigo lo introdujo en la lectura de las obras del inglés William Anarawd Cadell, y en el consumo de licor de absenta (del francés absente y éste del latín absintium). A los 23 años, recibió su título de ingeniero naval, y regresó a París, donde luego de la muerte de su padre, logró ingresar en el Liceo Royal de Louis-le-Grand. Allí cursó sus estudios en Epistemología Sistemática y obtuvo su doctorado con la tesis titulada “Sur les conditions des propositions doctrinaires”, por la que recibió además una mención honorífica por parte de la Academia de Ciencias Francesa.
Durante la siguiente década, Émile atravesaría senderos oscuros de los que jamás podría olvidarse totalmente: entregado a la disipación, fomentada por su tío Gérard, agotó rápidamente el capital legado por su padre, viéndose obligado a sustentarse trabajando como mesero en Café Guerbois, donde entró en contacto con bohemios, y donde adquirió el hábito de consumir drogas recreacionales. Este segundo hábito le permitiría escribir una vastísima obra de la cual sólo unas pocas páginas resultarían coherentes, o siquiera legibles.
Influenciado por los pintores en boga, intentó fútilmente adaptar el “approach” impresionista a los principios estéticos de la Vanguardia Metafísica, según se encuentran en la obra de Thomas Seisyllwg “De Aesthetica Artii”. De este esfuerzo, surgió su opera prima “L’ Avant-Garde Métapysique”.
Agobiado por el alcoholismo y la adicción a los narcóticos, perdió completamente la razón, y con sus últimos recursos se embarcó a Islandia, influenciado por la obra de Julio Verne, “Viaje al Centro de la Tierra”, a la cual tomó como un documento histórico verídico, abrigando esperanzas de ser, en sus palabras, el primer “homme libre” en llegar al núcleo del planeta. Allí falleció de hipotermia, veinte horas después de su desembarco. Fue enterrado en el cementerio local de Reykjavík, donde permaneció hasta 1930, cuando sus restos fueron repatriados.
Durante la Segunda Guerra Mundial, su tumba fue profanada por soldados alemanes, a causa de una creencia popular que atribuía a sus huesos la propiedad de otorgar a quien los poseyera invisibilidad temporal. Se desconoce el paradero actual de sus restos.

La importancia del pensamiento delachatouilleriano radica no tanto en las obras publicadas por Émile De La Chatouiller, las cuales fueron pocas y de escaso valor, sino en análisis posteriores y acercamientos innovadores que de estas hicieron estudiosos alemanes. Entre ellos, el célebre erudito Johann Von Tür, de quien se dice que L’ Avant-Garde Métapysique no tenía lugar en su biblioteca, dado que se hallaba siempre sobre su escritorio, siendo su libro de cabecera. Al mismo Von Tür se atribuye la cita: “De La Chatouiller constituye el último ejemplo de un exponente de la Vanguardia Metafísica Clásica, inaugurada por Anarawd Cadell y Thomas Seisyllwg, y el primero de la Neo-Vanguardia Metafísica, que llega hasta nuestros días.”

Imagen: Retrato de Émile De La Chatouiller a los 25 años. Fotografía de Gérard De La Chatouiller. 1879.

domingo, 20 de julio de 2008

Disquisición concerniente a la Vanguardia Metafísica

¿Qué es la Vanguardia Metafísica? ¿Es una religión? ¿Es un sistema de pensamiento? Resulta difícil determinarlo. Para comenzar a abordarla de una manera sencilla, hablaremos brevemente de su historia, según aparece en el manual del teórico alemán, Johann Von Tür, (Geschichte die Metaphysik Vorhut):

“Los legos en la materia señalan el origen de la vanguardia metafísica en los primeros años del siglo XIII, cuando surgió la necesidad de encontrar una aplicación directa del Álgebra Espectral medieval a las problemáticas teológico-metafísicas del momento.
El fundador de dicho movimiento, William Anarawd Cadell (1244-1261), monje maltés, eminente matemático y alquimista ítalo-inglés, lo definió como “La [búsqueda] inacabable de una realidad trascendental que atraviesa todos los planos de la existencia humana, sin excepción alguna.” (De Prima Acies Metaphysis, 352) En su trabajo sobre el ocultismo, Anarawd Cadell habló de una “Necesidad primordial de entrar en contacto con los ideales de lo genéricamente taxativo”.
Su discípulo Thomas Seisyllwg (1253-1287) rompió con la tradición iniciada por Anarawd Cadell de dar definiciones ambiguamente oscuras sobre la disciplina, dando una definición engañosamente vaga: “la Vanguardia Metafísica supone la razón por la cual concertamos diversas realidades hiperbólicamente disímiles, en un Totum inverso y contrapuesto a las categorías establecidas en la obra de Aristóteles”. Seisyllwg postuló un orden en el cual los opuestos se mantienen unidos en un plano de lo contingente, dramáticamente advenedizo, generando así un equilibrio semi-estable de yuxtaposición de estados.
En los siglos posteriores, y con el paso del tiempo, esta disciplina evolucionó, llegando a abarcar prácticamente todas las expresiones artísticas, culturales, y científico-filosóficas, en lo que el erudito francés del siglo XIX Émile De La Chatouiller denominó “el triunfo del espíritu ocultista sobre la racionalidad ontológicamente superlativa del pensamiento occidental” (L’ Avant-Garde Métapysique).”

Para un segundo acercamiento, cito un fragmento de mi obra Vanguardia Metafísica para Principiantes (McGraw-Hill, 1988): “Si pensamos el mundo, a la manera de Anarawd Cadell, como una “totalidad de proporciones sustanciales”, resulta indudable que cada manifestación humana, en tanto que manifestación del espíritu común a todos los hombres, lleva en sí misma la firma, o si se prefiere, la afirmación de la existencia de una entidad extra-dimensional, como la mencionada por Descartes”.
Entonces, resulta de esto que la Vanguardia Metafísica no es sólo un sistema de pensamiento, como algunos estudiosos han sostenido, sino la totalidad de la experiencia vital inherente al ser humano. La función de este blog no es otra que la de reunir material de diversas fuentes, poemas, pinturas, ensayos, piezas musicales y otras expresiones artísticas, creadas por los notables seguidores de Anarawd Cadell, de Thomas Seisyllwg, y de la llamada “escuela de Chelmsford”, con el único interés de difundir el que considero ser el movimiento intelectual más rico y matizado de los últimos dos milenios.

Imagen: “Retrato de William Anarawd Cadell y Thomas Seisyllwg”. Anónimo.